Pescadores de hombres


Hace unos cuantos meses en una de las sesiones del curso de Biblia al que asisto, estábamos meditando el pasaje de san Mateo cuando Jesús llama a los primeros discípulos y les dice “Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres” (Cf. Mt 4,18-20).
A mí se me ocurrió decir en voz alta que si ser pescador de hombres se podía considerar algo tan tentador como para dejar toda tu vida atrás y, ante la mirada perpleja del sacerdote que impartía el curso y de algunas de las personas asistentes al mismo, decidí no indagar más sobre ese sentimiento de rechazo por la proposición de Jesús. Lo aparqué.

Pero nuevamente se me sugiere el mismo pasaje para meditar, aunque ahora es la versión de san Marcos, en el libro que estoy leyendo (Juntos de retiro – Encontrar a Jesús en la oración. James Martin, SJ). El texto de Mateo y el de Marcos son un calco en este pasaje. Y claro, nuevamente siento que no me parece muy tentador eso de os haré pescadores de hombres. Pero lo cierto es que, en ambas versiones, Pedro y Andrés inmediatamente dejan sus redes y le siguen.

Decido tomármelo bien, no juzgarme por mi sentimiento políticamente incorrecto y seguir adelante meditando sobre este asunto.

¿Realmente Pedro y Andrés pudieron pensar que ese era el planazo de sus vidas? ¿Realmente lo de pescar hombres podía significar algo para ellos?  Eran pescadores normales y corrientes ¡de peces! Como mucho estaban esperando al Mesías que los liberaría del yugo de los romanos, pero pescar hombres se sale un poco del esquema, ¿no os parece? Y sin embargo lo dejaron todo, inmediatamente, sin titubeos. No fueron a enterrar a sus muertos ni miraron atrás al poner su mano en el arado.

Yo creo que tuvieron que enamorarse de Jesús profundamente y por eso le siguieron. Quizá ya le conocían, ya habrían oído hablar de él, ya le habrían oído hablar a él. Seguramente ya había conquistado sus corazones antes y por eso respondieran así de positivamente.

Creo esto porque de algún modo yo también pienso que primero Jesús me ha conquistado el corazón. Y es ahora que me voy sintiendo llamada a la pesca. Lo que me ocurre es que a mí el tema de evangelizar es lo que más me cuesta de mi fe. Pero que me cueste no quita para que sea eso precisamente lo que Dios necesita de mí, y de cualquier cristiano, dicho sea de paso.

La diferencia de Jesús con el resto del mundo es que cuando llama lo hace con la verdad por delante. No oculta nada. Yo, como soy como soy, me resisto a esta llamada, pero ahí está y pido ayuda a Dios para poder decir un si tan radical como el de aquellos pescadores de peces primero y de hombres después.

Comentarios

  1. Creo que Dios no pide a todos lo mismo. Él sabe lo que pedir a cada uno. Esperemos que nos haga ver nuestro papel y pidamos la fuerza para cumplirlo lo mejor posible. Si pretendemos ser como San Pedro o como San Pablo, es posible que nos desanimemos y hasta que caigamos en depresión. En fin, confiemos plenamente en Dios.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias papá por escribirme. Me parece que es en parte como dices pero si hay algo que nose pide a todos por igual. Me explico.
      Creo que Dios nos pide dos cosas básicas a todos, a san Pedro y san Pablo también. La primera amarle a Él sobre todas las cosas y la segunda amar al prójimo como a ti mismo. Y esto nos lo pide a todos en la circunstancia particular de cada uno y con las limitaciones particulares de cada uno.
      Amarle a él sobre todas las cosas significa ponerle en el primer lugar de nuestra vida por delante de nuestras apetencias e incluso de nuestra voluntad y amar al prójimo significa desear para ellos el mismo bien que tienes tú, tu mismo tesoro, por lo que te ves empujado a hablarles de Dios que es lo mejor que tienes. Eso es pescar hombres, hablarles de Dios. A qué hombres? A los que Dios pone en tu camino en el lugar que estés.Por tanto creo que todos somos llamados a ser pescadores de hombres.
      No es tanto compararse con los santos como aprender de ellos de sus limitaciones. En la versión de Lucas de esta escena ocurre una pesca milagrosa y Pedro le dice a Jesús “apártate de mí que soy un pecador” Se conocía muy bien a sí mismo y subestima bastante a Dios. No era perfecto. En esto yo me parezco mucho a él. Y me lo tomo con humor porque también tengo que amarme a mi misma, con mis defectos. Si no es imposible amar al prójimo que está también plagado de defectos. Bufffff son muchas cosas!!!!!

      Eliminar
    2. Hola Agueda. Encantado de poder opinar en tu blog. Creo que cuando Jesús (Dios) mira e invita a Pedro y Andrés, y luego a Santiago y a Juan, a ser pescadores de hombres, les está infundiendo su Espíritu, por lo que no dudan. Les está invitando a ser sus sacerdotes, que más tarde serán, los que administren los sacramentos como fuente de gracias divinas, que nos lleven a la salvación. Casi nada. Abrazo y bendiciones para toda la familia.

      Eliminar
    3. Gracias Gonzalo por tu opinión. Estoy de acuerdo en que tuvo que derramar su gracia sobre ellos para que respondieran así. Lo que ocurre es que yo entiendo la Palabra como algo vivo y al leerla yo me siento también interpelada por Dios, en mis circunstancias. Y supongo que también me da la Gracia. La diferencia es seguramente que yo no me abro a esa gracia tanto como Pedro y Andrés

      Eliminar
  2. Querida amiga:
    Iba a empezar diciendo "opino lo miso que Javier Rey" sin haberme dado cuenta de que era tu padre! Para él, lo primero, mi saludo.
    Mi opinión al respecto? Pues que yo creo que ellos seguramente tenían mucho menos apego a las "cosas" y simplemente confiaron en Jesús. No sé lo que harían hoy en día los demás y tampoco soy quien para juzgar. Pero seguro que yo, pondría excusas, quehaceres, dudas sobre el futuro que podría reportarme la decisión tomada...
    Y lo digo simplemente porque es lo que veo que me pasa cada día. ¿Por qué nos planteamos "Qué haríamos" si realmente Jesús nos pide que le sigamos cada día? Lo cumplo cada día? No. Pues ahí está la respuesta. Eso sí, no dejemos de intentarlo.
    Ni tú de seguir haciendonos reflexionar.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola querida amiga!!! Pues yo te entiendo y me pasa como con mi padre, sí, somos otros, somos distintos, no nos comparamos, pero nos habla y nos llama igual que a ellos, y espera de nosotros la misma respuesta: un corazón enamorado, entregado, que le fallará mil veces cada día y que mil veces cada día vuelva a decir, soy un pobre pecador, pero me agarró a ti y confío en ti, una y otra vez. Igualito que Pedro: por si mismo era un pobre hombre, con Cristo, Dios hizo obras grandes por él.

      Eliminar
  3. (Bien!!! ya no me pide la password!!!)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Cualquier cosa que me puedas aportar me gustará y la sabré aprovechar. Adelante!
Debido a varios ataques de spam a mi blog he tenido que activar la verificación de palabras para poder incluir un comentario. Siento las molestias.

Entradas populares de este blog

Ha llegado el momento

Hacerme nada

Apóstol del sufrimiento