La sorprendente historia de la reforma de mi casa

Hace tiempo que no escribo en el blog y me quiero re-estrenar con la sorprendente historia de la reforma de mi casa.

Lo quiero contar porque entre mis oraciones de la mañana hay una que termina con esta petición: "ayúdame, oh María, en hacer tu corazón más conocido cada día". Y como Ella tiene mucho que ver con la historia, no voy a desaprovechar la oportunidad de hablar de Ella.

Hace 22 años que vivimos en la misma casa, la primera y única casa nuestra y ni una sola vez hicimos obras salvo algunos retoques menores. Y, la verdad, estaba muy desmejorada. Por eso yo pensaba que había que hacer obras y hacerla más cómoda, dados los múltiples cacharros que mi enfermedad nos obliga a tener. Hablábamos de ello pero como de un sueño inalcanzable porque mi estado físico no está como para meterse en obras. Y por supuesto no teníamos dinero para embarcarnos en esta odisea.

Yo veía que Álex sufría muchos dolores por levantarme unas 30 veces al día y después del verano le dije a nuestra Madre: "si esto de la obra es un capricho nuestro, olvidalo, pero si es necesario, encárgate tú de todo".

Y no se hizo esperar, como madre que es, corrió en nuestro auxilio, con delicadeza, paso a paso, y con una diligencia tal que se nota que es Reina de toda la creación.

En primer lugar trajo a casa la visita de unas amigas que se dedican al diseño de interiores y me atreví a pedirles ayuda, avisando que no tenía mucho dinero. Y se desvivieron por ayudarme, haciendo planos, aportando ideas y sin cobrar nada. Unos ángeles, vamos.

En paralelo mi padre empezó a hablar de vender una casa de verano que usábamos poco -yo nada porque no está adaptada-. En ningún momento dije nada de nuestros planes para no influir en ninguna decisión, pero obviamente pensé que nos vendría muy bien para afrontar la reforma. Se resolvió todo de forma magistral de manera que a finales de año tenía en la cuenta un dinero que jamás hubiera imaginado.

Yo ya estaba perpleja de los regalos de María, pero no se quedó ahí. Ahora había que encontrar constructor y apareció el ideal, que estaba disponible para ya, tenía una super cuadrilla full time para mes y medio y creían posible hacerlo en ese plazo. Mi amiga la diseñadora no sabía si fiarse porque no los conocía. Pero yo ya estaba segura de que María se estaba encargando y sabia que lo enviaba Ella.

Nos pusimos como locos a buscar un apartamento adaptado para dos o tres meses, pero no encontramos nada. Ya in extremis llamamos a un hotel sabiendo que nos saldría por un ojo de la cara. Y al decir que era para larga estancia, nos dijeron que se pagaba por semanas, un precio razonable y por "suerte" el apartamento adaptado con salón y cocina ¡estaba libre!

El día que empezó la obra, tomando un café con el constructor, nos dice que antes de venir a la obra, ha ido a Misa y ha encomendado la reforma. A Álex y a mí se nos salían los ojos de las órbitas. ¿Estaba claro no? Lo enviaba la Virgen.

Nos consiguió proveedores de materiales también católicos, dispuestos a echarnos un cable, sirviendo todo en tiempos récord, y para mí que alguno ha perdido dinero.

Y para no alargarme más, termino diciendo que cumplieron el plazo, 7 semanas menos 2 días. Y la calidad del trabajo ha sido superior, como sólo se puede esperar de María.

P.D.: Aquí dejo un vídeo de la reforma 

Vídeo de la reforma