Hacerse pequeños para conocer

Recientemente he podido comprobar cómo el saber de muchas cosas, profundizando hasta los tuétanos de las cosas, puede ser un obstáculo para encontrarse con Dios. No digo esto para criticar o preocupar a quienes saben mucho, porque también conozco a varios que sabiendo mucho conocen a Dios y lo tratan con humildad y devoción. Tampoco yo soy precisamente tonta y estoy segura de que, aunque mi relación con Dios es verdaderamente mejorable, recibo muchas luces que me muestra Él. No sé cuál es la palanca que hay que accionar para que se clarifiquen los misterios de Dios. Yo no lo sé, y por eso sentía que no podría escribir sobre esto, aunque con insistencia me venía el tema en la oración. El pasaje del Evangelio en el que Jesús da gracias a Dios Padre porque ha ocultado estas cosas a los sabios y entendidos me parece cuanto menos difícil de entender. En aquel momento tomó la palabra Jesús y dijo: "Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a...