María, tierna madre
Desde que me diagnosticaron la ELA he ido creciendo en amor y devoción a María; y Ella siempre me ha correspondido con gracias abundantes como mediadora que es entre Jesús y yo. La mayor gracia que he recibido es la cercanía con Jesús, que me hace vivir con mucha paz y alegría, pero todavía puede ser mayor. María es de verdad una madre tierna que sabe mejor que nadie lo que te conviene y necesitas para ser profundamente feliz. Y no espera a que se lo pidas; se adelanta, porque sabe mejor que tú lo que deberías pedir a Dios. Mi agradecimiento a María es eterno; y cuando me invitaron a recibir la imposición de la Medalla Milagrosa, supe que quien me invitaba era María. Me la impusieron en una ceremonia preciosa en la Basílica de La Milagrosa en Madrid. Me emocioné muchísimo -la ELA tiene estas lindezas, que te deshaces en lágrimas a la mínima-. Sentí de verdad que la Virgen me abrazaba con ternura y me invitaba a abandonarme en sus brazos. Tanto es así que por la noche, en mi...