Desapego
El pasaje del ciego de Jericó, Bartimeo, me ha mostrado un detalle que ahora me parece llamativo pero en el que nunca había recaído, o si lo hice no lo recuerdo. Por supuesto que el reclamo de este pobre hombre al borde del camino me enseña mucho sobre cómo debe ser la oración: sencilla, confiada e insistente. Pero lo que me ha llamado la atención es, primero, que estaba pidiendo limosna a la multitud de gente que estaba pasando por el camino y segundo, que cuando Jesús le llama suelta el manto y va de un salto. Yo supongo que este ciego sólo tendría para comer lo que pudiera sacar ese día de las limosnas; y prometía ser un gran día porque pasaba bastante gente acompañado a Jesús (Mc 10, 46-52 • "En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente"). Y deja de mendigar para hacer su oración dirigida a Jesús que pasa. Ante la posibilidad del encuentro con Jesús, prescinde incluso del alimento más básico. Me recuerda a Francisco de Asís e...