Custodias de barro

Tengo una amiga que muchas veces cuando me ve me dice que tengo que escribir un artículo sobre un piropo que ella siempre me dedica, y que una y otra vez me emociona y, cómo no, me hace llorar. Yo creo que he escrito sobre ello muchas veces, aunque nunca en el mismo sentido; puede ser que me equivoque porque me olvido de mis artículos al poco de publicarlos. Es curioso que tengo una memoria de elefante para casi todo, pero para esto y para las películas, memoria de mosquito. Ella siempre me dice que soy una custodia viva, que a mucha gente le cuesta ver a Jesús en la custodia del altar, pero, cuando me ven a mí, ven a Jesús. Es un piropo bien intencionado, pero, aunque en cierto modo es así, no es tan excepcional como ella lo dice. Todos somos custodias por unos minutos después de comulgar, pero custodias de barro. Y también es cierto que Jesús permanece en el corazón, por el Espíritu Santo, y tenemos la obligación de llevar a Jesucristo al prójimo. Pero no yo, ¡todos! La ún...