¿Qué me ocurre con el ánimo?

Al igual que un día estoy eufórica y puedo con todo, de pronto me vengo abajo. Creo que me ocurre por varias cosas a la vez:
Por un lado, el exceso de admiración que despierto a veces en algunas personas; yo no me siento merecedora de tanto. Es curioso que se pueda admirar a alguien por uno solo de los hechos de su vida -yo me compongo de infinidad de hechos y no pocos bastante miserables-, ya que si conocieran la totalidad de mi vida seguramente se admirarían, pero por razones bien distintas. Al conocerme yo tan profundamente, tanta admiración me produce una ligera depresión, vergüenza y angustia.
Estos sentimientos, que por si solos sé doblegar, cuando se unen a un dolor físico demasiado recalcitrante, hacen que mi moral se hunda.
En estas circunstancias me suele costar encontrar razones para ser cariñosa, tener paciencia y querer a todos los que me rodean.
Este estado me hace sentirme aún más miserable.
En fin, gracias a Dios, Él está conmigo, procuro no olvidar que Él sufrió de forma incomparable, que lo hizo por mí, entre otros miles de millones, y que mis vergüenzas, miserias y dolores son ínfimos, así que me empujo -como cuando llegas al fondo de la piscina y te impulsas con los pies- hacia un estado alegre, positivo y sin miedos.

Comentarios

  1. Hay gente que se va y muere en la tierra... una sola vez. Otros sin haberse ido, no parar de morir... día tras día.

    Esta frase aparece al final del corto "Solo para Chelo" (http://www.youtube.com/watch?v=jSdVG6052lE), pero a mí esta frase me gustaría más puesta en forma de vida:

    Hay gente que está y vive en la tierra... día tras día. Otros habiéndose ido, no han vivido ni una sola vez.

    ... aunque en cualquiera de las dos formas está incompleta. Lo que tu testimonio me inspira Águeda, debería decir:

    Hay gente que está y vive en la tierra... día tras día. Otros habiéndose ido, no han vivido ni una sola vez. Pero muy pocos, muriendo día tras día... dan gracias a Dios por vivir cada uno de esos días.

    Te quiero y te admiro por lo que eres, has sido y siempre serás.

    Un beso muy fuerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Donde encuentras esas frases? Y ¿En qué momentos puedes reflexionar sobre ellas? ¡Si estás siempre conmigo! ¿Cómo no me doy cuenta?........¡Cuántas cosas haces por mí y por los demás y parece como que no! Pero ahí quedan y te aseguro que eres al que más pagarán por sus esfuerzos.

      Eliminar
  2. Hola mamá, creo que tu comentario es muy significativo para mí, puesto que yo a veces también me siento así. Pero lo mejor que puedes hacer, aparte de lo que has comentado, es acordarte de un echo muy feliz; en el que hayas aprendido algún valor o algo parecido. Así verás que en ese momento cambiaste y te dirás a ti misma: -¿si lo conseguí antes?... ¿por qué no podría conseguirlo ahora?-. Eso es lo que yo hago y me funciona.

    Muchísimos besos, Gabriel.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Queridísimo hijo, eres un solete filósofo, y me gusta que me enseñes cosas importantes. Eso quiere decir que eres mucho más listo que yo, lo cual me llena de orgullo. Trataré de seguir tu consejo y aferrarme a los hechos importantes de mi vida.
      No sabía que siguieras mi blog, pero me gusta mucho. Millones de besos guapetón

      Eliminar

Publicar un comentario

Cualquier cosa que me puedas aportar me gustará y la sabré aprovechar. Adelante!
Debido a varios ataques de spam a mi blog he tenido que activar la verificación de palabras para poder incluir un comentario. Siento las molestias.

Entradas populares de este blog

Ha llegado el momento

Hacerme nada

Apóstol del sufrimiento