Una reflexión prestada

Hoy voy a incluir una reflexión que aunque no es mía, describe bastante bien cómo somos las personas, y además expresa de forma original y clarificadora algo que yo comparto, pero que nunca he sabido concretar de forma tan lúcida. También la incluyo en mi blog porque el autor me lo ha pedido y además creo que puede ayudar a mucha gente a darse cuenta de qué es lo que les falta en sus vidas:

Las personas desarrollan a lo largo de su vida tres cualidades: su cuerpo, su inteligencia y sus sentimientos, o dicho de otra forma, nos desarrollamos en el ámbito material, intelectual y emocional. Pero en realidad, no todas las personas desarrollan estas tres cualidades plenamente al nivel de su capacidad, siendo para ellas cada vez más difícil el paso de una a otra.

Muchos adolescentes, en plena euforia física por el manejo que hacen de sus cuerpos y sus modas, les cuesta mucho desarrollar su faceta intelectual, se encuentran más cómodos en manejar bien ese aspecto guay o esa capacidad deportiva o acrobática. Por desgracia, muchos de ellos, sin nadie ni nada que les motive y les oriente en el esfuerzo por aprender, abandonan esta faceta tan importante que les limita en gran medida a desarrollar las siguientes, aún más importantes sin duda. Por el contrario, muchas personas maduras en edad, que han desarrollado su capacidad intelectual plenamente, no son capaces de establecer relaciones afectivas, de amor y sentimientos verdaderos, más bien lo contrario, buscan relaciones sin compromiso, superficiales, donde los sentimientos no se expongan para no ser heridos. Por desgracia, hoy por hoy, esta sociedad consigue cada vez más inmaduros a los 40.

Las cuatro dimensiones:

Si sólo desarrollamos nuestro cuerpo, la parte física, estaremos moviéndonos en una sola dimensión, igual que si caminamos sobre una línea recta. En esta dimensión seremos capaces de caminar, correr, bailar o jugar muy bien al fútbol... aunque también: fumar a los 12 años, vestirnos fashion total, o llevar el pelo de punta; de nosotros solos depende que aprovechemos bien esta dimensión en toda su extensión, ya que suele ser una línea recta muy larga.

Si desarrollamos la inteligencia, adquirimos un conocimiento y una forma de ver las cosas con más razonamiento y profundidad, por lo que podemos decir que nos movemos en dos dimensiones. Seremos capaces de razonar, de comunicarnos, de formarnos para desarrollar un trabajo que nos guste, no el que encontremos. Sin duda esta dimensión requiere de un esfuerzo mayor y muchos no llegan a desarrollarla todo lo que su capacidad les permite, y fracasan simplemente por el principio de mínima energía... sin esfuerzo es muy difícil pasar a esta segunda dimensión, y no digamos destacar.

Si desarrollamos nuestra esencia afectiva y emocional con nosotros y nuestro entorno, llegamos a ser personas íntegras capaces de movernos en una tercera dimensión. Por desgracia, el llegar a movernos por esta nueva dimensión, mucho más elevada y difícil de aprender, requiere de madurez, una buena dosis de valores, y mucha entrega a uno mismo y a los demás.

¿Y puede existir una cuarta dimensión? Pues yo así lo creo, pero sólo muy pocos son capaces de experimentarla, se trata sin duda de aquellas personas que son capaces de elevarse de forma transcendental a una experiencia directa con Dios, donde los miedos, las vergüenzas, las angustias, las cosas tan "humanamente importantes", y todo lo que llevan en sus tres dimensiones, se desprende de ellos para hacerles personas verdaderamente libres y felices.

Por desgracia, yo no he sido capaz de participar de forma directa de esta cuarta dimensión, aunque soy afortunado al encontrarme con ella todos los días, porque la siento muy cerca, sólo necesito fijarme en tus ojos Águeda, para percibir en tu mirada cálida, la experiencia de encontrarte con Dios día tras día. Sin duda soy muy afortunado al estar a tu lado.

No pierdo la esperanza de ir llenando mi saquito de Fe, para algún día poder participar plenamente de esta cuarta dimensión junto a ti.

Alejandro Rodriguez