Tesoros que han de guardarse
No se puede explicar todo lo que uno experimenta y hay cosas que deben quedar en la intimidad de cada uno. Pero en nuestra relación con Dios ¿Qué se debe guardar y qué se debe contar? ¿O es que todo debe quedar en nuestro interior? Yo no lo creo. No lo creo porque si así fuera no habría cristianismo. Hoy sabemos todo lo que sabemos de Jesús porque los que lo conocieron lo contaron, y los que después experimentaron su Amor, también lo contaron.
¿Lo contaron todo o se guardaron cosas para su intimidad? Lo que sí sabemos es que hay cosas que tardaron un tiempo en contarlas; por ejemplo la transfiguración "Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no contaron a nadie nada de lo que habían visto. Lc 9,36" ¿No lo contaron porque no comprendían o porque creían que les tomarían por locos o una mezcla de ambas? Los conocidos les habrían dicho: "yo no lo contaría, es algo que Jesús os ha concedido, guardadlo como un regalo, además, igual os quedasteis dormidos y tuvisteis una alucinación". - "Pero si lo vimos los tres". - "Bueno, a veces se pueden tener alucinaciones colectivas".
A pesar de que esto sí terminaron contándolo, creo que los Apóstoles debieron de tener experiencias personales que guardaron en su interior, porque al mundo no le habrían aportado mucho, y sin embargo para ellos eran tesoros inestimables.
Yo vivo un proceso de conversión que para mí es muy importante, y que en Medjugorje ha sufrido un empuje gigante. Podía guardármelo todo porque hay muchas cosas que no comprendo bien y otras que me da apuro contar. Pero si hoy, los que vivimos una relación con Cristo, no lo contamos ¿Haríamos bien? ¿Jesús querría que nuestra experiencia quedara en nuestra intimidad, que no la compartiésemos? Muchos me dirán que debería transformar mi vida, y dar testimonio con mi vida, con mi modo de actuar. Y estoy de acuerdo; pero no solo. Porque Dios no quiere que demos el mensaje de Cristo sin Cristo. Quiere las dos cosas, un estilo de vida y una motivación, Cristo. Por eso yo cuento lo que vivo; lo cuento por escrito porque se me da mejor que hablando. Y mi vida se transforma a la vez, quizá no tan rápido como les gustaría a muchos, pero lo hace.
Y todo esto viene a propósito de que en Medjugorje a veces pasan cosas extraordinarias y, como todavía no se tiene claro cómo posicionarse ante lo que pasa allí, es difícil responder a estas preguntas: ¿Es seguro que esto viene de Dios? La seguridad total no existe, pero si vas allí es porque lo que allí ocurre crees que viene de Dios ¿Y experimentar esto es importante para tu fe? No necesariamente ¿Es importante para los demás? No lo sabes ¿Te dirán que son alucinaciones? Algunos sí ¿Te dirán que mejor guardártelo? La mayoría sí ¿Dios quiere que lo cuentes? No lo sabes. Demasiados interrogantes con respuestas imprecisas, especialmente la última. Algunas cosas, como los Apóstoles, decido guardarlas como tesoros inestimables. Lo que no me guardo es la gran paz que me he traído de allí., y la alegría que me supone cada vez que paso un rato ante el Sagrario o ante el Santísimo.
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