Celebración agradecida

Quiero escribir sobre mi ELA, que cumple 7 años el sábado 8 de abril, y quiero hacerlo en positivo. No quiero reprochar, sino agradecer.
Creo que el reproche es fácil; todo el mundo lo hace. Y creo que hay razones de sobra para hacerlo. Pero también creo que reprocharle cosas a la ELA es infructuoso y en cierto modo eleva a la enfermedad a una categoría personal que no merece. La ELA es una enfermedad, como las demás, y como tal hace daño al cuerpo, no hay más.

Yo, sin embargo, tengo algunas cosas que agradecerle a la ELA. De hecho lo más importante que hay en mi vida se lo debo a la enfermedad, y eso merece un blog. Voy a ir de menos a más, que si no se pierde el interés; dejo lo más importante para el final.

Agradezco a mi ELA el haber comprendido la de cosas superfluas que me distraían de lo importante de la vida. Por ejemplo me distraía la limpieza de mi casa o el tener ropa nueva a menudo. También me distraía tener el pelo largo y estar delgada. Todo esto ha dejado de ser importante en mi vida. Ahora llevo siempre mallas que me facilitan la tarea de ir al baño o el pelo lo llevo corto para que sea más sencillo lavarlo. No pasa nada, no soy menos feliz por ello, de hecho, si no te paras a mirar sólo lo superficial, quizá puedas ver que incluso soy más guapa ahora que antes, aunque mi belleza no sea tan obvia o tan estereotipada.

Agradezco a mi ELA el haberme hecho comprender que yo no domino las cosas, ni siquiera mi propia vida, que es hoy cuando tengo que ser feliz, aunque sufra molestias y achaques y no preocuparme en exceso del mañana porque sólo Dios sabe lo que me deparará el mañana. Que si yo soy feliz, probablemente el mundo a mi alrededor lo será también aunque haya sufrimiento.

Agradezco a mi ELA el tiempo que me ha proporcionado para dedicarme a otras personas a las que me costaba ver o escuchar.
Agradezco a mi ELA el tiempo que me ha regalado para cuidar mi alma, y por qué no decirlo, también mi cuerpo. Sí, ahora me ocupo del cuerpo como no lo había hecho hasta ahora, me ocupo de no fatigarlo, de que tenga buenos hábitos, sin privarse de nada, pero sin excederse tampoco.

Al ocuparme de mi alma he podido identificar una gran necesidad de crecer en humildad. Aún me queda mucho recorrido, pero agradezco a la ELA haberme puesto en marcha y me consta que me va a seguir ayudando mucho en esto. Por ejemplo estoy aprendiendo a pedir ayuda y a dejarme ayudar. Estoy aprendiendo a no valorar mi vida en términos de productividad y eficiencia, como hace el resto del mundo, sino en términos de calidad emocional; una hora conmigo no produce beneficios pero quizá pueda ganar en paz interior o ayudarte a ti a encontrar esa paz ¿Por qué no? ¿Es que esto no es también importante?

Pero lo que más agradezco a mi ELA es haberme mostrado el núcleo de mi existencia. Gracias a la ELA me he dado cuenta de que el centro de mi vida no soy yo, sino Cristo. Gracias a mi ELA todo se ha recolocado y todo ha cobrado un sentido nuevo. Todo lo que ocurre ahora en mi vida encierra una invitación para acercarme más a Cristo y aunque esto no me hace las cosas mas sencillas, por Él soy capaz de intentarlo y con su ayuda y su gracia, puedo lograrlo. Ahora que todo se me va poniendo más difícil, cuento con el verdadero médico, con la ayuda más auténtica y poderosa, Dios mismo.

Ligando este post con el anterior, agradezco especialmente a mi ELA el haberme permitido dedicarme a escuchar a Dios, a rezar. La ELA me ha quitado mucho, especialmente las manos de "Marta", pero me ha dado la fascinación de "María" por el Señor. Y estoy de verdad muy, pero que muy, agradecida.


¡Feliz cumpleaños!