Tierra Santa de mi corazón


Hace unos pocos días que he regresado de mi segunda peregrinación a Tierra Santa y aunque, hasta hace poco, mi primera visita a los lugares santos fue el "viaje de mi vida", tengo que decir que el verdadero "viaje de mi vida" ha sido esta segunda peregrinación.
Ambos viajes no se deben comparar, porque aquel tuvo de especial la novedad perfecta en todo lo que fui visitando, y eso ya nunca podré volver a vivirlo allí, pero esta vez he podido disfrutar de la serenidad de no tener que correr a conocer cada rincón, porque todo estaba ya grabado a fuego en mi retina (casi todo, ya que no hay dos peregrinaciones iguales; antes visité lugares que esta vez ni pisamos y ahora he conocido un par de lugares totalmente nuevos para mí).


De esta peregrinación me gustaría destacar algunas cosas que la han convertido en perfecta. En primer lugar quiero poner de relieve el hecho de haber ido la familia al completo, mi marido Alex, que es mis manos, más atentas conmigo de lo que jamás he sido yo conmigo misma, mis tres hijos y mi padre. He disfrutado más viendo cómo se sorprendían y gozaban ellos que con mi propio entusiasmo por pisar los lugares más santos de la cristiandad. En segundo lugar quiero dejar constancia de mi alegría al viajar con mi buena amiga Carmen, que no solo se ha ocupado de mi, de que nunca me faltara nada, sino que se ha ocupado de mi hija y de todo el grupo, porque no conozco persona más atenta y cuidadosa con los demás que ella. Y qué decir del grupo: 31 personas de su padre y de su madre, de casi todas las edades, y no ha habido un mal gesto, una mala palabra, una impaciencia. Mas bien al contrario, todo buena disposición, entrega, servicio ¡Y no nos conocíamos de nada! Al segundo dia yo me sabia los nombres de todos y me daba lo mismo desayunar o cenar con estos o con aquellos, todos me agradaban, como en una familia bien avenida. Estoy segura de que esto ha sido un regalito, entre tantos, del Espíritu Santo.


Por seguir con las personas, quiero expresar mi agradecimiento más sincero a los dos sacerdotes que han viajado con nosotros, don Manuel, párroco de nuestra parroquia, y don Tino, nuestro guía. Ambos se han sabido conjugar para que en la peregrinación hubiera de todo: emoción espiritual, oración, sabiduría a raudales, diversión, cercanía, bueno, ambos han sido dos auténticos guías espirituales de Tierra Santa.


Otro aspecto de la peregrinación que la ha convertido en irrepetible es precisamente eso, que, salvo milagro, para mí será irrepetible. Esta vez he ido en silla de ruedas, con todo lo que eso supone de problemas y dificultades para acceder a los lugares que datan del siglo I de nuestra era. En aquella época o te descolgaban cuatro camilleros por la techumbre de la casa o te quedabas fuera a verlas venir. Y la cosa sigue más o menos igual. La diferencia es que yo no he contado con cuatro camilleros, ¡sino con treinta!. Todos a su manera han empujado mi silla, me han cogido en volandas, escaleras arriba y escaleras abajo, han cargado con la silla para subir escaleras o al barco en el mar de Galilea, incluso el ¡Ooolééé! de don Manuel cada vez que mi hijo me lograba depositar dentro del autobús, todos, digo, han sido mis cirineos. "un aplauso para Rafik... Digo... Para mis camilleros"


Esta vez he visitado la Basílica de la Anunciación en Nazaret, la casa de José, la Iglesia de san Gabriel, donde está la fuente a donde iba María a recoger agua, Caná, Tagba -el lugar de la multiplicación de los panes y los peces-, el monte de las Bienaventuranzas, Cafarnaúm, Magdala, Tabor, Stella Maris en Hafa, el río Jordán, Jericó, Mar Muerto, Domus Galilee -la casa de los Neocatecumenales-, el Huerto de los Olivos y la Iglesia de la Agonía, la Gruta del Prendimiento y la Iglesia ortodoxa del sepulcro de María, la Iglesia del Gallicantu, el Cenáculo, Dominus Flevit, la Iglesia católica de la dormición de María, el Pater Noster, la Iglesia de santa Ana, junto a la piscina de Betesda -con la mejor acústica de Jerusalén -, la Gabbata, el Calvario y Santo Sepulcro y la capilla de santa Elena, el lugar de la Ascensión, la Basílica de Belén, la Iglesia de la Leche -con Adoración perpetua-, el campo de los pastores y Emaús para terminar.


Es posible que me haya olvidado de algún sitio, especialmente porque no en todos los lugares he podido empaparme al máximo, pero no importa, porque la lista refleja nítidamente la intensidad del viaje. Quiero resaltar las celebraciones que hemos vivido esos días, todas han sido maravillosas y no las olvidaré nunca: La misa en Caná, con la emotiva renovación de votos matrimoniales, la del monte de las Bienaventuranzas, la del Tabor, en medio de la Gloria que se percibía, la Misa junto al sepulcro vacío, en el altar de María Magdalena, la Misa en Dominus Flevit, con esa panorámica de Jerusalén tras el altar y esa corona de espinas que a nadie dejó indiferente, la de la gruta de los pastores, con ese bendito Niño que salió de  las vestiduras del sacerdote y reposó por unos minutos en mis brazos temblorosos y por último la de Emaús para decir adiós a esta querida y santa Tierra.


Siendo todo esto tan emotivo que a duras penas puedo describir, aún fue mejor de lo que jamás podré transmitir, porque mi hijo Gabriel con su voz y su guitarra y mis otros dos hijos con su voz han sabido llevarnos a todos al recogimiento de la intimidad más sublime con Dios.


Gracias Dios mío, porque todo es obra Tuya.

Comentarios

  1. Me alegro una "jarta" como se dice por aquí... Seguro que no hay dos iguales....un fuerte abrazo para ti y todos los afortunados....

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    1. Gracias Carlos!! Como ves, nuestra peregrinación, mi primera vez, también me dejo huella, y sin ella, esta habría perdido mucho. Un abrazo enorme

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    1. Gracias Quike!!! Supongo que eres nuestro Quike ;) Gracias, gracias, gracias. Un beso

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  3. Es precioso Águeda, me alegro por ti y los tuyos que lo disfrutarás con tanta pasión. Os tenemos siempre en nuestro corazón.

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    1. Gracias por leerme y escribirme. No sé quién eres pero te estoy igualmente agradecida

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    2. Soy Begoña, no se por que no ha salido mi pero. Bsssss

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    3. Gracias Begoñaaaa!! Eres un sol :) Besosss

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  4. Dios es Grande y lleno de Misericordia, te ha llevado a recorrer sus huellas en la tierra y a nosotros a disfrutar y rezar contigo. Muchas gracias Águeda por compartirlo. Dios te bendiga y...ojalá podamos volver.

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    1. Gracias Estefi, que Dios nos haga ese regalazo y si no quiere que yo tripita, al menos que vosotros podáis ir y disfrutar más pronto que tarde. Un beso!

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  5. Juan Manuel Varela de Jaureguizar19 de mayo de 2018, 14:36

    Querida Agueda;que bonito viaje y q gran mujer eres. Que la proximidad a Cristo y a su vida, q yo estuve varios años alejado, siga siendo nuestra meta y valor de ntras vidas. Que sigas con esa familia tan válida y se mantenga siempre la validez de Dios con vosotros. Me alegra mucho teneros como amigos, aunque yo esté bastante bajo y tú peleando lo q puedes y sigas y puedas con lo tuyo. Un besote y me alegro mucho ver tu block

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    1. Juan!!! Qué alegría que me escribas!!! No importa haber estado alejado (¿y quién No?) Lo importante es haber descubierto que Jesús es lo más importante, el centro y el único que puede hacernos felices en cualquier circunstancia, incluso en la enfermedad, en la dependencia, en la pérdida o en lo que sea, porque Él es nuestra Esperanza. Un beso muy fuerte ¡amigo!

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  6. Muchas gracias por compartir esta experiencia tan bonita. Enhorabuena. Un abrazo enorme

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    1. Muchas gracias a vosotros por leerme y escribirme. Luchamos en la misma guerra. Un fuerte abrazo y mucho ánimo!!

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