La ofrenda más digna

La ELA parece que se está dando prisa en privarme de todas y cada una de mis habilidades.
He dado el salto a lo que se llama gran invalidez, pues ya no realizo ninguna tarea por mí misma. Gracias a Dios me voy acostumbrando bien, aunque no deja de ser difícil tener que pedir ayuda hasta para rascarse la nariz. Curiosamente, esta dificultad de, podríamos decir, aceptación me permite sentir una gran alegría en un aspecto de mi enfermedad que entiendo que es transgresor para este mundo. Sé que no es fácil de comprender, pero precisamente por eso, y porque creo que no soy la única a la que le ocurre, me he decidido a escribir sobre ello.

Ese aspecto de mi ELA es que me hace sentirme muy feliz por poder poner mi enfermedad al servicio de la Redención del mundo, realizada por Jesús en la Cruz. Cuando me duele, cuando me cuesta pedir ayuda, cuando me imagino el futuro totalmente inmóvil, tengo un doble sentimiento: sufrimiento, sobre todo moral, y a la vez gozo por poder ofrecer a Dios un sacrificio realmente importante. Sé que para Dios tiene un valor enorme cuando en la dificultad me esfuerzo por estar alegre, positiva por amor a Él. Lo sé porque veo cómo esta ofrenda mía redunda en gracias a mi alrededor, sobre todo de conversión.

Hay muchos sacrificios que se puede ofrecer a Dios, como no comer lo que me gusta, no protestar ante una injusticia que me hagan, visitar a un enfermo o miles de cosas que hechas por amor a Dios alcanzan un valor invisible para el mundo pero grande para Él. Pero yo tengo la impresión de que mi sacrificio es aún más valioso y como estoy tan en deuda con su amor y misericordia, me siento inmensamente feliz de tener algo muy valioso para regalarle.

Mucha gente pensará que se me ha ido la pinza, también que Dios sería muy sanguinario de querer este tipo de sacrificios. Pero ni lo uno ni lo otro. Ni estoy loca ni Dios es sanguinario. Él no me pide esto, pero yo, al ofrecerlo, le demuestro lo mucho que le quiero, lo mucho que valoro lo que Él hizo por mí en su pasión. Y siendo mi pasión ínfima comparada con la suya, al hacerla por amor a Él, se une a la suya. De algún modo me veo junto a Él en la Cruz, y le consuelo. Y Él me agradece el gesto y a su vez me consuela.

Justo hoy he recibido dos pensamientos de san Pío de Pietrelcina que me vienen al pelo:
“El sufrimiento de los males físicos y morales es la ofrenda más digna que puedes hacer a aquel que nos ha salvado sufriendo” 
“Es dulce el purgatorio cuando se sufre por amor de Dios”

Yo no he buscado mi enfermedad y por ello sigo pidiendo mi curación, y perseveraré siempre en este afán, pero siempre le digo a Dios que sólo me lo conceda si no me voy a separar de Él ni un milímetro de lo que estoy ahora. Mientras no ocurra el milagro seguiré feliz al tener en mi vida la ofrenda más digna.

Comentarios

  1. Al leer estos íntimos pensamientos que compartes, solo me resta decir ¡gracias!. Gracias Águeda por poner el dedo en la llaga. El sufrimiento forma parte de la vida y la vida no nos pertenece.
    Dede mi ignorancia de tu sufrimiento, me gustaría hablarte del padecimiento del cuidador.
    No sé si sabes que Felix padece Alzheimer desde hace ocho años. También a él la vida le ha cambiado, y en estos momentos trata con esperanza de seguir en la lucha cuando a nivel orgánico está en fase avanzada. Y en ese estado familiar, soy su cuidadora con mimos y delicadeza, en el dolor y la tristeza que invaden el corazón por el sufrimiento del ser querido.
    En ese trance, tomo la imagen de la Santísima Virgen María y escucho su cantar. Ella es el referente de Amor que nos dejó su Hijo. Del Amor Maternal tan escondido en nuestro ser que nos cuesta sacar a la luz.
    Tienes razón al espresar que el sufrimiento por amor a Dios aligera la pesada carga que cada persona ha de llevar en algún momento de su vida.
    Un abrazo muy fuerte.

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  2. Querida María ángeles, gracias por escribirme. Si sabía de la enfermedad de félix, que me parece terrible, y me encanta saber que vivís este sufrimiento como una ofrenda a dios. El sufrimiento del cuidador lo conozco, por Alejandro claro y es otra manera de vivir la enfermedad, como buen samaritano. O como Cirineo, que Alejandro se ve siempre muy reflejado en esta figura. Un abrazo muy fuerte y mucho ánimo en este vivir abrazados a la cruz de Cristo

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  3. Me pone la piel de gallina el pensar cómo lo estás pasando, y también cómo sin duda también lo está pasando Alex.

    Tan sólo, Águeda, quiero darte gracias por tu maravilloso ejemplo. Eres una campeona capaz de soportar todo lo que te venga si permaneces abrazada a Jesús.

    Ánimo querida prima. Eres un ejemplo para mí.

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  4. Josué 1:8
    "Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien."

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  5. Gracias Fernando por tus palabras." Más aún: todo lo considero perdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor." Flp 3,8a " solo busco una cosa: olvidandome de lo que queda atras y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, hacia el premio, al cual me llama Dios desde arriba en Cristo Jesús."Flp 3,13-14 " todo lo puedo en aquel que me conforta" Flp 4,13

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  6. Descubrí tu reflexion y me parece ejemplar. Sobrevuelas ya esta Tierra desde esa tu enfermedad que has sabido transformar en alas de alegría gracias a tu piedad y al Espiritu Santo.
    Eres tambien alegria para quienes te conocen. Que Dios te bendiga Agueda

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    1. Gracias! Tu comentario me da ánimos. Ser alegría para los demás me encanta porque así creo que soy testigo del Reino. Pero toda la gloria para Dios porque Él ĺo hace posible! Un abrazo

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  7. Hola, Agueda. Te escribo desde Colombia. He leído tu testimonio y me tiene conmovida, tu fe profunda en Dios a pesar de tus circunstancias y el apoyo incondicional de tu esposo e hijos. Yo también padezco de una enfermedad que me dejó paraplejica desde hace más de 15 años, perdí mi salud, mi independencia, mi trabajo, perdí mi matrimonio, tu esposo te ha acompañado en todos esos momentos difíciles, él es una gran bendición para ti, yo no conté con esa fortuna, me abandonó y es algo que me ha dolido profundamente, no sólo he soportado el dolor de la enfermedad, sino también su abandono. Igual que tú, le he pedido a Dios por mi curación física pero también le pido que se haga su santa voluntad. Quisiera tener esa fe tuya, la mía es endeble y débil, siempre vienen a mi mente todos los momentos de dolor, pero me aferro a Dios, pidiéndole que acreciente mi fe, paciencia y fortaleza. He ofrecido a Dios todo este sufrimiento, pero siento que le fallo cada vez que le ofendo con mis actitudes o cuando siento que no puedo mas, y quiero tirar la toalla y a veces le pido que me lleve ya que no quiero seguir siendo una carga para mi flia, porque es así como me siento un bulto. Quisiera tener esa fe que tienes, esa alegría en medio de tu sufrimiento. Espero que leas mi comentario y me des una voz de aliento. Gracias, Agueda que Dios y su santa Madre te acompañen siempre a ti y a tu esposo e hijos.

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  8. Mi nombre es Gloria Maricel Martínez, desde Colombia.

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    1. Querida Gloria Maricel, qué nombre más bonito!, especialmente Gloria, porque está en él la bendición a la que estás llamada por el Señor.
      Te entiendo perfectamente, tu sufrimiento es terrible y parece que nada en este mundo te consuela, y sin embargo tienes que saber que el Señor te mira de forma predilecta: eres su perla, por la que ha vendido todo, su propia vida la ha entregado para quedarse con su perla, que eres tú, un tesoro para él.
      Pensar que eres una carga para tu familia es una tentación, el tentador te está haciendo creer que mejor estarías muerta y quitándote del medio, para facilitarle la vida a tu familia. Pero es un engaño porque tu familia no sería más feliz sin ti; tú puedes sacar de ellos lo mejor que tienen, su amor y su entrega a ti, que algún día podrán presentar a Dios como obras de amor (recuerda que al final de los tiempos nos examinarán del amor) Y tú puedes darles a ellos una lección de vida impresionante, viviendo con alegría y con esperanza cada día de tu vida. Que durará lo que Dios quiera, pero ya verás como el premio es impresionante. Reza mucho, adora mucho al Señor; si tienes la posibilidad de ponerte enfrente de Cristo Eucaristía hazlo con frecuencia y siéntete mirada por él, con ternura y con agradecimiento por unirte a su pasión. Y siente sus consuelos que ya verás como son muchos.
      Mucho ánimo Gloria Maricel y aquí me puedes encontrar siempre que lo necesites. Un abrazo fuerte

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