Esa presunta piedad

El otro día, me llegó un correo de una persona, que creo que desconozco totalmente, pidiéndome que firmara una petición para indultar a un hombre que supuestamente había practicado la eutanasia a su mujer.

Algo he oído de este caso, pero no he querido profundizar. Y no lo voy a hacer. Pero sí me gustaría dejar clara mi postura. No vaya a ser que en el futuro alguien crea que puede aplicarme una eutanasia por esa presunta piedad.

A nadie nos gusta sufrir, pero de ahí a preferir estar muerto, hay un abismo. Comprendo que muchas personas quieran quitarse de enmedio, y supongo que es porque no han sentido el apoyo, el amor, de las personas que les cuidan, sino solo el esfuerzo y el dolor con que realizan esas tareas. Los cuidadores, desde luego, sufren mucho con el sufrimiento de sus seres queridos, pero también tienen la oportunidad de dar mucho amor, mucha ternura, y poner en valor, el sufrimiento del enfermo.

Vivimos en una sociedad que huye del sufrimiento, pero el que nunca ha sufrido, no madura.
Yo, sin embrago, lo valoro muchísimo, porque veo el sufrimiento de Cristo en la cruz, y para mí tiene sentido, aunque sea escandaloso para los judíos y necio para los gentiles, es mi modelo. Él con su dolorosa entrega me ha mostrado lo que es el amor de verdad. Y mi sufrimiento en la enfermedad puede unirse al suyo y tener mucho sentido. El sufrimiento de la enfermedad y cualquier otro, por ejemplo mis renuncias por mis hijos, o por mi marido, por no crear una disputa cuando bien podría, cuando elijo renunciar a mis deseos, etcétera. Todo esto tiene sentido porque me hace mejor persona y por tanto, feliz. San Pablo le dijo a los filipenses: "Todo para conocerlo a Ėl, y la fuerza de su resurrección, y la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte, con la esperanza de llegar a la resurrección de entre los muertos." Pues eso, qué mayor privilegio que unirse a sus padecimientos. 

Mi marido y mis hijos jamás me hacen sentir que soy un estorbo. Y a mí difícilmente me verán una cara triste, porque me siento amada y feliz de estar en este mundo, y ser útil, aunque no como el mundo valora la utilidad. Yo aporto mucho en un plano que, en el fondo, es mucho más importante que las cosas que se hacen, aporto en el plano de la fe, de la esperanza y del amor. Al final todos queremos ser amados y yo puedo amar mucho desde mi enfermedad. Y recibir mucho amor en mi sufrimiento. Yo no quiero renunciar a eso. No quiero que nadie se tome la libertad de decidir por mí quitarme del medio, porque soy una carga, porque soy un estorbo. Porque no lo soy, de hecho.

Hemos olvidado la dignidad del hombre, que tenemos un alma, que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios y que nuestra vida es un regalo y no podemos decidir ni cuándo empieza ni cuándo termina. Parece que sólo los que creemos en Dios somos capaces de ver esto, pero no es así, la mayoría de filósofos, los que estudian el ser humano y su papel en el mundo también lo saben. En cualquier caso, me da la impresión que el hombre de hoy valora sobremanera el sentimiento, muy por encima de la verdad. Muchos se agarran a que esta es mi verdad aunque no coincida con la tuya. Y eso en ningún caso puede ser la verdad. Hay una verdad suprema, única y no querer verla es exactamente el mismo problema que tuvieron Adán y Eva en el paraíso. Quisieron decidir por sí mismos lo que estaba bien y lo que estaba mal, y así nos ha ido a la humanidad desde entonces. Ese Génesis que se escribió hace más de 3000 años resulta que es un calco del comportamiento de muchos hombres y mujeres del siglo XXI.

A mí me duele enormemente cada vez que me llegan mensajes en favor de la eutanasia, y sobre todo cuando vienen de parte de los que mandan, de las autoridades, porque me parece que ellos tendrían que protegernos a los enfermos, a los débiles, a los que sufren, y proporcionarnos el bienestar que nos merecemos. Y si ellos no pueden darlo, facilitarnos el acceder a quienes si pueden y quieren hacerlo, como por ejemplo los miles de religiosas en casas para enfermos, que se dejan la vida por cuidarlos, por darles el cariño que nadie más les da, por ofrecerles un lugar cálido donde poder terminar sus días, sin que nadie les meta prisa por desocupar una cama.

Me doy cuenta de que esta manera de pensar ya se ha convertido en la forma incorrecta, retrógrada, de pensar, porque los medios de comunicación ya han tomado partido por el atajo, por la manera sensiblera de pensar, en lugar de por el sentido común, porque es más difícil de argumentar, pero no por eso equivocado. En poco tiempo seré un bicho raro, pero eso no me desanima; un sufrimiento más que añadir al repertorio, con la ayuda de Dios. 

Comentarios

  1. Me parecen muy bellas palabras, con un contenido y profundidad espléndido, digno de ser leído por todos

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  2. Que Dios te bendiga, Águeda. ¿O debería decir "Que Dios os siga bendiciendo."? Tu lógica es la del amor, el servicio, y el sentido de la vida. Y la lógica de otros es la de la utilidad, o la del aquí y ahora o la del no sufrir a costa de todo... Y gracias a tu marido

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    1. Muchas gracias por tu comentario, que Dios te bendiga:)

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  3. Querida Águeda, que alegría la vida que desbordas. Eres esa luz que el Señor quiere de cada cristiano! Gracias por tu testimonio

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    1. Muchas gracias! Que Dios nos ayude a ser esa luz, para mayor gloria de Dios. Qué Dios te bendiga:)

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  4. Querida Águeda: gracias. Porque teorizar es muy fácil, y parece que todos podemos. Y no es así. Como todo en la vida, además de una profunda y nada frívola reflexión, la experiencia ees un grado. Un abrazo muy fuerte

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  5. Querida hermana, admiro mucho cómo afrontas tu enfermedad!! Eres un ejemplo para todos!! Bss

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    1. Gracias Asun. Me ha encantado que me escribas :) Lo mío tiene un mérito relativo, es cuestión de abandonarse de verdad y completamente en Jesús, y entonces Él se encarga de ponértelo fácil. Un beso y que Dios te bendiga!!

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  6. Gracias Agueda, por tu experiencia que recoges en tus palabras. Me has enseñado, con tu reflexión, a tener una visión distinta de la del mundo y con la que contestar a la corriente actual, tan alejada del pensamiento de Dios para con nosotros.

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    1. Gracias a ti por leerme y escribirme. Qué Dios te bendiga :)

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  7. Querida Agueda
    Tenemos la suerte de conocerte y ver que es realidad lo que expones. La luz de vuestro ejemplo familiar supone esperanza y alegría dentro de una situación de enfermedad grave en esta fase trascendental de nuestra suerte decisiva.
    Tu mensaje es completísimo desde un punto de vista natural, social, gubernamental,moral,...cariño.
    M gracias y que Dios te bendiga.

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  8. Estoy 100% de acuerdo con tus reflexiones, y no tengo en cuenta la dura experiencia por la que tú y tu familia estáis pasando.
    Pienso en vuestro ejemplo, en la familia Rodríguez Rey. Pienso en Águeda, en Alejandro, en Miguel, en Gabriel y en Alejandra.
    Tus palabras muestran la lucidez de vuestro magnífico clan, clan en permanente construcción hasta que Dios quiera.

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  9. Querida Agueda, la paz de Jesús esté en tu corazón
    Me gustó mucho tu reflexión, y estoy de acuerdo en todo, yo también sufro una enfermedad desde niña, y aún así, he sido muy feliz.
    La vida es bella, y con Dios es mejor.
    Bendiciones

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    1. Muchas gracias Alejandra portu comentario y que sigas tan llena de vida y envuelta por el Amor. Que Dios te bendiga!

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  10. He leído hoy tu carta abierta sobre la eutanasia y crítica con el marido que la practicó y me ha parecido un rato de luz ante tanta oscuridad como la que estamos viviendo
    Ojalá puedan conocer el amor de Dios todos los que andan ciegos
    Gracias por tus palabras

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    1. Muchísimas gracias por tu comentario y feliz de haber sido ese rato de luz para ti. Que Dios te bendiga y me uno a tu oración

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