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Mostrando entradas de diciembre, 2024

El pecado de Adán, mi pecado

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En una reciente noche de insomnio recordé un libro que leí hace tiempo y recomiendo mucho: El comienzo de todas las cosas, de Romano Guardini. Me sorprendió descubrir que Adán no sólo intentó responsabilizar a Eva de su pecado -cosa que también hizo Eva con la serpiente-, sino que intentó responsabilizar a Dios mismo: "la mujer que [Tú] me diste como compañera me ofreció del fruto y comí". Nunca antes había caído en esa sutileza; o sea que el responsable último es Dios, que le dio una mala mujer. Yo también tuve mi época de culpar al mundo de mis pecados; todo a mi alrededor -personas, circunstancias- me había llevado a ser quien era, con nula o poca responsabilidad mía. Esa etapa pasó y acepté mi responsabilidad.  Pero también tuve una fase posterior en la que hice lo mismo que Adán. Sólo que peor, porque yo conozco la historia; pero es que el demonio es muy astuto para ocultar sus tretas y su presencia y todo lo que voy a contaros me pasó inadvertido hasta esa ...

Ser Navidad

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Desde hace tiempo vengo pensando cómo hacer para anunciar a Cristo a tantos a mi alrededor que, conociéndolo, no tienen relación alguna con Él. El otro día, escuchando una charla de mi director espiritual, D. Francisco Williams, entendí que la gente de hoy en día no busca teorías ni discursos sesudos sobre la existencia de Dios; más bien necesitan testimonios de vida que contagien la vida con y en Cristo; vivimos en la época de las emociones. La verdad es que me animó bastante dada mi descomunal dificultad para expresarme con mi voz electrónica. Esto es muy acorde con el salmo 18 que se proclamó en la última Misa del tiempo ordinario: Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje. (4-5a) Y hablando con este sacerdote me dijo algo que he hecho mío y he decidido contar por lo que sucedió la tarde del viernes.  Ese día fue el encendido de luces de Navidad y fue una preciosid...