El Camino

Vieira
En mi Camino he explorado mi interior con profundidad y he removido cosas que no me gustan. Cosas que me gustaría cambiar y que me hacen sentir incapaz, pequeña, muy pobre. En mi pequeñez solo puedo pedir ayuda a Dios, que es el único que da sentido a todo y que todo lo puede. Yo ni siquiera puedo transformarme. Sólo puedo confiar en Él.

Cuántas cosas enturbian el corazón y no te dejan encontrarte con lo único importante. Siento que todo nuestro mundo moderno distrae la atención de la esencia, nos quita la libertad para encontrarnos con Dios. El mundo nos lleva a una visión egoísta y egocéntrica de los momentos vividos y esto sólo provoca frustración, tristeza y soledad.

En este camino he sentido con casi total racionalidad la verdad de Jesús, la verdad de su divinidad, de su humanidad, la verdad del Amor y he descubierto que es sólo ese Amor, expresado en personas concretas, lo que puede darnos felicidad. Para vivir ese amor universal tengo que cambiar muchas cosas, y creo que no hay nada más en este peregrinar de la vida que lograr esa transformación, con la ayuda de Dios.

Feliz camino amigos.

Comentarios

  1. Paz y Bien. Hola Águeda, sólo quiero resaltar algo muy importante que dices “En este camino he sentido la verdad de Jesús, la verdad de su divinidad, de su humanidad, la verdad del Amor y he descubierto que es sólo ese Amor, expresado en personas concretas, lo que puede darnos felicidad”. Ojalá, todos, sepamos descubrir esta realidad en nuestro camino. Gracias. Un besito grande: Isabel

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Paz y Bien. Gracias por estar atenta a lo que escribo y resaltar efectivamente lo que es más importante de mi reflexión. Quiero añadir aquí algo que tú me has dicho en privado, si no te importa: "Siempre me ha gustado relacionar la imagen del alfarero con la relación del alma y Dios. Sentirme como barro en manos del Alfarero (...) fue aquí cuando sentí la voz del Señor que me decía: “ahora, Isabel, ahora es cuando te voy a transformar, cuando humanamente no eres nada, no puedes nada”."
      Esa sensación de no saber nada, no poder nada, también está en esta entrada. Yo espero esa transformación pero tendré que seguir practicando para no perder de vista que yo nada puedo. Como te decía es fácil en la vida diaria creerse capaz de todo y olvidarte de lo impotentes que somos. Por esto la enfermedad ayuda a las personas a sentir esa impotencia, y quizá por ello ocurren transformaciones a mejor en las personas que han perdido toda capacidad.
      Un beso fuerte, amiga.

      Eliminar

Publicar un comentario

Cualquier cosa que me puedas aportar me gustará y la sabré aprovechar. Adelante!
Debido a varios ataques de spam a mi blog he tenido que activar la verificación de palabras para poder incluir un comentario. Siento las molestias.

Entradas populares de este blog

Ha llegado el momento

Hacerme nada

Apóstol del sufrimiento