Un lustro ya!

Hoy es mi cumpleaños, el quinto nada menos. Hoy hace cinco años que escuché por primera vez, de boca de un médico, que padecía ELA. Antes de eso ya lo había yo imaginado, pero no creí de verdad que se cumpliera mi terrible profecía. No lo creí tampoco durante unos meses después de la sentencia. A pesar de mi incredulidad, la enfermedad fue tenaz y no desapareció por arte de magia, como deseé que ocurriera en multitud de ocasiones. No, no desapareció, sino que avanzó, haciéndome pasar la mayor crisis que he pasado en mi vida. Pero bendita crisis que me empujó a los brazos de Jesús y de María. Hoy voy a intentar no hablar de Ellos; hoy le reservo el protagonismo a mi compañera doña ELA.

No la trato como a mi enemiga; ¿Para qué? ¡Si no podría ganar ni una sola batalla! Me frustraría y acabaría conmigo más rápido. Tampoco la ignoro, pero no le hago demasiado caso; mi vida está llena de muchísimas cosas maravillosas como para andar gastándola con observaciones milimétricas del terreno que me va quitando. Es una compañera a la que le atiendo lo justo.

Ahora que ha pasado un lustro voy a hacer balance por encima: se ha llevado mi ELA el brazo derecho y ha empezado a guerrear con el izquierdo, que me duele o me regala frecuentes calambres al intentar suplir las faltas de fuerza. Esto ha limitado mucho mi independencia, pero siempre trato de idear un nuevo modo de hacer lo que ya no puedo hacer -de algunas cosas ya he tenido que desistir, como de cortar la comida-. Se ocupa con tesón de adelgazarme los muslos, pero mis piernas son fuertes y le está llevando más de lo que se pensaba; los tobillos son un punto flaco y por eso doña ELA sabe que ahí puede hacer mucho daño, y lo intenta, y poco a poco va logrando debilitarlos, aunque aún tardaré en sentarme en una silla de ruedas. Las escaleras se me antojan ya demasiado empinadas, costosas y peligrosas, así que las evito siempre que es posible. Realmente cualquiera diría que estoy ganándole la partida; estoy fenomenal para lo que cabría esperar en un estándar. Doy gracias a Dios por este milagro que hace en mí; le pedí tiempo y no hay duda de que me lo ha concedido.

No quiero dedicarle mucho más a doña ELA -ya ha tenido bastante protagonismo por hoy-, ahora quiero dedicarle un poco de espacio a todos los que me han soportado estos años tan duros, y sobre todos ellos está Alejandro. Qué poco le agradezco a él todo lo que hace por mí y es realmente injusto, porque no creo que haya muchos Alejandros, capaces en tan solo cinco años de convertirse en perfectos amos de casa, sin descuidar jamás su trabajo, sus amistades o su labor de padre. Si hay algún héroe en toda esta historia, sin duda es él. Con cuánta docilidad, generosidad y amor lo asume todo, lo acepta todo, y él no ha tenido el derecho a pataleta, a llorar, a desmayarse de terror; eso me lo he reservado todo yo, y sin embargo él es el gran perjudicado. Gracias Álex, eres otro milagro en mi vida.

Y mis amigos..., sois tantos que si os nombro a todos voy a bloquear Internet, y corro el riesgo de pasar a alguno por alto y hacer daño a quienes nunca jamás querría herir. Es curioso un fenómeno que me ha ocurrido en este tiempo de enfermedad y que creo que no es muy frecuente. Generalmente, ante un diagnóstico de esta clase, los "amigos" corren a esconderse, no vaya a ser contagioso, y el grupo denominado "amigos" pasa a reducirse a un selecto grupo de dos o tres ángeles. Pero en mi caso ha ocurrido lo contrario, no solo mis amigos no corrieron a esconderse, sino que poco a poco se han ido sumando más y más amigos que hasta se enfadan conmigo si no les pido ayuda. ¡Qué categoría la de mis amigos! y lo más sorprendente es que no son solo amigos de Las Rozas, también los hay de Galicia, Badajoz, Bilbao, San Sebastián, Jaén... Gracias de corazón a todos por vuestra compañía, oraciones, conversaciones, apoyo, logística, cercanía.

En estos cinco años mis hijos han ido creciendo y el mayor es ya universitario, pero sobre todo han crecido en bondad y responsabilidad. Me siento muy orgullosa de ellos, de cómo afrontan sus vidas y de cómo han aceptado que su madre necesita mucha más ayuda de la que ella puede ofrecerles.

Desde luego, el balance de este primer lustro junto a doña ELA es muy positivo para mí; sé que no soy un caso típico, y sé que principalmente se debe a un regalo que me ha concedido Dios, pero también creo que puedo afirmar que mi actitud positiva, alegre y esperanzada por saberme amada y acompañada siempre por Jesús y María le dificultan enormemente la tarea a doña ELA, así que trataré de continuar en la misma línea, con la ayuda de Dios.

Comentarios

  1. Eres todo un ejemplo, Agueda, de ánimo, esperanza, fe, coraje, amor y lucidez.
    Un beso enorme y a por otros cinco más, y otros cinco, y otros cinco, y....
    Almu

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Almudena, seguiré luchando por muchos años más, y sí, ciertamente creo que soy un ejemplo, pero de cómo se puede llegar a cambiar el corazón poniendo toda la confianza en Dios, así que el mérito no es mío. Un beso y gracias por leerme, aun estando tan lejos.

      Eliminar
  2. Hola Águeda, ¡felicidades!, ¡¡¡¡ cinco años ya !!!!.

    Creo que el análisis que has hecho de tu situación tras estos cinco años es muy cabal y ajustado a "Haz el bien y bien te irá" (Proverbios 28).

    Nadie sabe lo que nos deparará el futuro, y ciertamente es inútil intentar protegerse completamente de él.
    Haces bien, pero que muy bien, al hacer descansar tu futuro sobre dos bases firmes, as saber, el amor a Dios y el amor al Prójimo (Mt 22:36-40).

    Es ésto difícil de conseguir, ¡ no !, pues "Mi yugo es suave y mi carga ligera" (Mt 11, 28-30).

    ¡¡ Ánimo !!, estamos contigo en el camino.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La cita del libro de proverbios a la que me refiero es Prov 28, 13.

      ¿ ¡ No es preciosa ! ?.

      Eliminar
    2. Hola Fernando!! Gracias por tus felicitaciones y por escribirme. La cita es preciosa, claro que sí, ojalá siempre seamos capaces de hacer el bien :)) y cuando no, a recibir el sacramento de la confesión que cura, libera y da la gracia para ir consiguiéndolo poco a poco.
      He ido a todo correr a buscar este proverbio (28,13) y a mi me aparece otro, que tampoco está nada mal: el que oculta sus faltas no prosperará; el que las confiesa y cambia será compadecido.
      ¿No ves la acción del ES en esto? Yo lo veo claramente, mi comentario y el error en la cita de Proverbios... Es una pasada.

      Eliminar
  3. Agueda, para mi tu eres una heroina. Tu fe es demasiado. Yo muchas veces me he avergonzado de mi defecto cuando en general era aceptado. No tengo perdón. Solo deseo que tengas mucha suerte, porque fuerzas te sobran. Nunca se sabe si el Espíritu Santo hará que la mente de un científico encuentre una solución contra la ELA. Confío que sí y que llegue a tiempo para todos los que estais afectados. Seguro que sí. Muchos besos,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay José Ignacio, qué ilusión me ha hecho encontrarme tu comentario justo al terminar de escribir mi respuesta a Fernando!!! Es cierto que muchas veces vivimos acomplejados por nuestros defectos y luego resulta que son precisamente esos defectos los que ayudan a los demás a ser mejores, o incluso a acercarse a Dios, así que no te avergüences. :))
      Yo también espero que el ES ilumine a algún científico para encontrar una solucion a la ELA y por el paso al que voy, es posible que lo vea. Pero te digo también que aunque no se encuentre nada, yo estoy feliz, porque creo que mi enfermedad puede ayudar a muchos a vivir más cerca de Jesús.
      Un fuerte abrazo y mil gracias por leerme y escribirme.

      Eliminar
  4. ¡Qué alegría volverte a leer! Ya ves que te echábamos de menos.
    Doña ELA en ti ya está derrotada, desde el día que decidiste alzar los ojos al cielo en vez de hundirte ante su diagnóstico. As triunfado, si Águeda, porque pase lo que pase, hay algo que nada ni nadie te podrá ya arrebatar, el sentirte amada y acariciada por Dios y al mismo tiempo el ser también caricia de Dios para todo el que tiene la dicha de conocerte. Y así ¿cómo van a desaparecer los amigos? :)
    Un besito grande, amiga y hermana, Dios… es tu fuerza.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida Isabel, tu comentario se me había "traspapelado" y no te he contestado. Pero no hay mal que por bien no venga, así, aunque haya pasado tiempo desde que lo escribiste, para mí es nuevo y revive al leerlo la alegría de tenerte entre esos amigos que se han sumado a mi cartera. Gracias por tu sintonía conmigo, gracias por animarle a ver lo positivo de lo que me pasa, gracias por estar unida a mí en Jesús y con María. Un beso amiga.

      Eliminar

Publicar un comentario

Cualquier cosa que me puedas aportar me gustará y la sabré aprovechar. Adelante!
Debido a varios ataques de spam a mi blog he tenido que activar la verificación de palabras para poder incluir un comentario. Siento las molestias.

Entradas populares de este blog

Ha llegado el momento

Hacerme nada

Apóstol del sufrimiento