Lo imposible se hace realidad
Hace unos cuantos días, durante mi duermevela matinal habitual, me preguntaba dónde estaría Dios, y me parecía que no podía estar en un lugar determinado, porque sería finito y por tanto no sería Dios. Y se me ocurrió entonces que lo debía de ocupar todo. Y que toda su creación está inmersa en su seno, como un bebé en el seno de su madre. Dios crea hacia dentro. Me imaginé a Dios como una gran nube luminosa sin fin, en la que se veía el Universo entero en el interior de la nube. Así, si pudiésemos llegar al límite del Universo, al otro lado, en vez de la nada, estaría Dios. Yo miraba el universo desde una zona de la nube más luminosa que el resto; como si fuera la cabeza de Dios. Me parecía precioso, lleno de luces y colores. Y me maravillaba cómo Dios sujetaba el Universo y lo miraba con ternura y sin apartar la mirada ni un instante. Ahora cuando rezo a Dios Padre me imagino esa nube luminosa; antes rezaba mirando la aureola de los santos, porque me parece que es la misma luz de...