Con Jesús en el Calvario
Hoy hace un año que me hicieron la traqueostomía y nos hemos adaptado muy bien, mucho mejor de lo que había imaginado. La mayor dificultad ha sido -y es- la comunicación, ya que ni mis lloros son audibles. Recién llegados del hospital pasé las semanas más horribles de mi enfermedad. No quería ni irme a dormir por miedo a que me ocurriera lo que me venía pasando casi a diario. Tenía el móvil encendido frente a mi cara toda la noche y, cuando me pasaba algo, podía con una aplicación ( look to speak ) decirle a Alejandro, que duerme a mi lado, que necesitaba ayuda. El problema era que no me oía. Y así podía estar hasta cinco horas -la peor noche- con una pierna dormida, sin poder hacer el más mínimo movimiento que me aliviase; creyendo que tendrían que amputarme la pierna a la mañana siguiente. Gracias a Dios hemos ido mejorando mis posturas nocturnas y el sistema de comunicación, hasta la actual cámara de infrarrojos que avisa con un leve movimiento de mis ojos. ¿Cómo es pos...